Imagen: thejournalonline.blogspot.com/
En esta entrada voy a subir un cortometraje: ‘Whiplash’, que se exhibió en el Festival de Sundance en 2013 con el objeto de recoger fondos para la exitosa película –más allá de las críticas sobre la forma errónea en la que presenta al jazz– del mismo nombre, que se hizo con un Oscar al mejor actor de reparto este año.
Tanto en el corto como en la película, el actor J.K. Simmons interpreta a un abusivo –es un eufemismo– profesor de música: Terrence Fletcher que desde su posición de poder veja a sus estudiantes.
Más allá del tópico del maestro que ejerce la violencia en el aula, me interesa pensar en el hecho de que el estudiante que es humillado (ninguno de ellos en realidad) nunca cuestiona el ejercicio del poder de su maestro, más aún: ese estudiante –en la película se ve mejor– está deseoso de tener por maestro al energúmeno que lo agrede.
Es un lugar común que la escuela –también una cárcel o un manicomio– es una sociedad en pequeño. Siendo así, tal vez podríamos estudiar lo que pasa en las aulas para entender lo que pasa en una escala más grande: ¿por qué hay sociedades que eligen líderes que ejercen el poder despóticamente? Tal vez porque a sus jóvenes se les enseña a respetar a un profesor que no debe ser cuestionado.
Más aún: ¿por qué hay sociedades que eligen líderes y no simples gobernantes? ¿Por qué las sociedades reiteradamente caen hechizadas por los amos? Sobran los ejemplos de sociedades que legitiman la violencia ilegal que ejerce el poder, ¿por qué?
Podría haber algunas respuestas en la forma en la que esas sociedades se educan. La película El listón Blanco (The White Ribbon) de Michel Haneke (hay una reseña en este enlace: http://enfilme.com/resenas/en-pantalla/el-liston-blanco), entre otros obras –en ente momento recuerdo a El Señor de las moscas–, sugiere un vínculo entre educación y autoritarismo o más específicamente totalitarismo.
En el cortometraje hay un hecho interesante. El maestro déspota es un director de orquesta, es decir, un conductor, un guía, pero se comporta como un líder militar –la vestimenta, la cabeza rapada, la forma en la que da órdenes cortas y a los gritos–, de ahí que no pueda dejar de preguntarme por qué es tan fácil militarizar a la sociedad y tan difícil civilizar (en el sentido de dotar de civilidad) a los militares.
Esas y otras preguntas pueden formularse y tratar de responderse usando este corto como excusa.
Coda: Whiplash, el leitmotiv del corto y de la película, es todo un estándar del jazz. Muy buena música.
Biblioteca Sociofilosófica 
Interesantes preguntas sobre el maestro dictador y sobre el corto.
Sí, mientras la veía, pensaba en una eventual clase de sociología de la educación.